lunes, 12 de junio de 2017

Poema sobre conceptos contrarios

En el olvido caen los pensamientos
recuerdos de una vida que jamás volverá,
jamás perdonará. Sumiendo en odio y desgracia
a aquellos que, entonces, fueron consumidos por
la sociedad.

Recuerdos se perderán en el olvido
pensamientos de libertad que se negaron a aceptar.
Adoctrinada la persona que nunca miró la realidad,
cayendo en el oscuro abismo de la soledad.

Pensamientos de libertad, extraños y reprimidos,
temidos por el orden y que abrazan el caos.
Pensamientos de libertad, deforman el orden y
alcanzan la libertad final.

Silvia Plath

Voy a hablar sobre el poema palabras, de Silvia Plath. Se divide en dos parte que, aunque no parezcan tan diferenciadas, son fáciles de reconocer: la primera hasta "Comido por el musgo". También hay un verso donde puede verse una comparación con el andar equino, "después de cuyo golpe la madera suena", y finalmente puede verse descripciones sobre el movimiento del agua: en este caso cuando se golpea contra las rocas. También hay simbolismos, mi cosa favorita del mundo mundial, y este caso es sobre la muerte, en el verso "cráneo blanco, comido por el musgo"

La autora hace alusión, ya por la segunda parte, a una mirada hacia las estrellas, pero no las ve directamente, pues es su reflejo en un estanque: "al fondo del estanque hay estrellas inmóviles que rigen una vida".

Hachas
después de cuyo golpe de madera resuena
crea ecos
ecos que se desplazan
desde el centro, lo mismo que si fuesen caballos.
Su savia
mana como las lagrimas, como el
agua que intenta
recomponer su espejo
sobre la roca
que gotea y da vueltas
cráneo blanco,
comido por el musgo.
Años después las vuelvo a encontrar en mi camino
palabras secas y sin jinete,
el ruido infatigable de sus cascos.
Mientras,
al fondo del estanque hay estrellas inmóviles
que rigen una vida.


domingo, 11 de junio de 2017

Kahlil Gibran



Nuestro amigo Kahlil, según lo veo yo, bueno no es verdad, según parece que lo vemos todos, quiere decir en este poema que nadie pertenece a otro, como en el caso de los niños; por el hecho de ser menores, por el hecho de ser hijos, pertenecen a sus padres. Esta afirmación, creo yo, también podría darse para edades más avanzadas. Los hijos no deben depender de sus padres, tampoco pensar como ellos, sino que deben ser entidades individuales (tal y como dice mi amigo Pentón en su Blog). Los padres deben aceptar como son sus hijos, dejarles tener alas, por así decirlo, y apoyar sus decisiones sin intentar imponer sus ideas en todo momento.

Bueno, eso esto. No es muy largo, pero es algo. Ahora os dejo el poema, para que saquéis vuestras propias conclusiones.


Tus hijos no son tus hijos 
son hijos e hijas de la vida 
deseosa de si misma. 
No vienen de ti, sino a través de ti 
y aunque estén contigo 
no te pertenecen. 

Puedes darles tu amor, 
pero no tus pensamientos, pues, 
ellos tienen sus propios pensamientos. 
Puedes abrigar sus cuerpos, 
pero no sus almas, porque ellas, 
viven en la casa del mañana, 
que no puedes visitar 
ni siquiera en sueños. 

Puedes esforzarte en ser como ellos, 
pero no procures hacerlos semejantes a ti 
porque la vida no retrocede, 
ni se detiene en el ayer. 

Tú eres el arco del cual, tus hijos 
como flechas vivas son lanzados. 
Deja que la inclinación 
en tu mano de arquero 
sea para la felicidad.

lunes, 17 de abril de 2017

Perdida en la oscuridad

       


       Cuando me desperté yacía sobre una vieja camilla, incapaz de realizar movimiento alguno. Cada intento por levantarme no hacía más que aumentar el intenso dolor que sentía, sobre todo en la cabeza; apena lograba concentrarme. Inmóvil, indefensa, comencé a escuchar una susurrante voz lejana, acompañada a su vez por siniestras y diferentes voces procedentes de la oscuridad. Me llamaban, podía sentirlo, susurraban mi nombre, pero no estaba segura de querer saber quienes eran los emisores.
    Una vez logré ponerme en pie, aun con varias dificultades, pude ver por fin donde me encontraba. Aquel lugar era una sala médica de madera, llena de estanterías con diversos artefactos extraños y camillas por doquier. El estado de aquel lugar resultaba realmente deplorable, consecuencia de los largos años de abandono. Pero algo más ocupaba ese lugar, una espesa sustancia negra brotaba de las paredes y formaba oscuros charcos, los cuales se veían especialmente sombríos.
    Parte de mí quería quedarse en esta habitación para averiguar que era esa cosa, pero no creo que mi curiosidad debiera prevalecer sobre la prudencia. Salí entonces del aquel cuarto y me adentré en un deteriorado pasillo oscuro y, en cierta medida, misterioso. Sin embargo, allí yacía un cadáver humano rodeado de velas negras; carecía de ojos y la sustancia negra emanaba de las cuencas, cubriendo poco a poco su piel inerte. Sé que algo así debería provocar miedo, incluso nauseas, pero solo era capaz de preguntarme como había acabado así.
     Proseguí con mi camino, intentando olvidar aquello que había visto, siguiendo aun las voces que parecía guiarme desde la oscuridad. Bajé a continuación por unas chirriantes escaleras hasta llegar a una pequeña biblioteca realmente desordenada, aunque conservaba parte de su encanto. No obstante, todos los libros allí presentes estaban vacíos, cosa que me extrañó de sobremanera, sin embargo, no le di mucha importancia. ¿Quién habría construido este sitio?
    Entonces, ya decidida a abandonar este sitio, dirigí mis pasos hacia la única puerta y me adentré a la siguiente habitación. Ojalá no me hubiera despertado, pues lo que vi al otro lado parecía salido de una mente enfermiza. Cadáveres desnudos colgaban del techo, unos pocos adornaban las viejas paredes y el resto fueron apilados por toda la habitación; esa cosa negra los cubría a todos. Pero mi mirada se desvió hacia el centro, donde se encontraba un círculo de velas negras casi desgastadas. Justo en mitad de este aguardaba un mujer de cabellos azabache, con una venda ensangrentado cubriendo sus ojos y varias costuras por toda la cara uniendo segmentos de piel. Ella solo me sonrió, abriendo varias heridas en el proceso, pero no parecía importarle.
   Oh... has llegado dijo ella, haciendo alarde de una fría y susurrante voz. Bueno, ¿quieres jugar?


domingo, 12 de marzo de 2017

Emily Dickinson

Ahora voy hablaros de Emily Dickinson, (me abstendré de hacer broma alguna con su apellido) que fue una poetisa estadounidense que pasó la mayor parte de su vida encerrada en una habitación; apartada del mundo.

En los poemas de dicha autora podíamos ver tema como la bondad y la belleza, estos tenían gran importancia y podía encontrarse una obvia, tal vez no tanto, relación entre sí. La belleza podríamos compararla con la verdad, pues ambas son una manifestación de aquel termino tan ambiguo llamado bien. Y la bondad, bueno, la bondad era aquello que le daba sentido a la efímera vida humana; tema, a su vez, principal en las obras que escribía.

Walt Whitman


Hace unos días, a decir verdad bastantes, leímos en clase un poema titulado "Canto a mí mismo" de Walt Whitman; aunque no es ninguna sorpresa dado el título de la entrada. Ahora, refiriéndonos al nombre del propio poema, podríamos pensar que se trataría de obra hacia su persona, engrandeciendo el ego que parece poseer. Pero, postulantes, este no es el caso, o tal vez sí, quien sabe lo que de verdad pasaba por la cabeza de este peculiar escritor.

Sí, habla sobre él, pero al hacerlo usa su propia persona para comentar acerca del resto de mortales perdido en este mundo extraño. Este poema, según lo veo yo, habla sobre el conjunto como unidad, que todos somos iguales, venimos del mismo sitio y juntos acabaremos al final de nuestras vidas; todos como uno, todos iguales.Cierto es que de esta manera, dejaba claro que su forma de ver las cosas, la vida, era como un panteísta.

miércoles, 22 de febrero de 2017

La naturaleza del ser humano

¿Cual es la naturaleza del ser humano? difícil pregunta si te paras a pensarlo. Describir la naturaleza humana puede llegar a ser muy complicado, pues si aun no hemos llegado a descubrir ni una mínima parte de nuestro cerebro es improbable que una respuesta como esa pueda ser contestada en la actualidad.

El ser humano siempre va a verse influido por la sociedad en la que vive, y si nos paramos a repasar la historia puede que esta sea la razón de que sea considerado "malo". Pero, si soltáramos a una persona en un mundo salvaje, a falta de una palabra mejor, sin compañía de otro humano y la dejáramos al margen de la sociedad, puede que su instinto animal predominara, pero la curiosidad que nos define siempre estaría ahí: como un niño, podría hacer daño, comportándose incluso mezquinamente, pero él no lo consideraría como tal.

Por esto digo, tal y como yo lo veo, que actualmente no podemos determinar algo tan complejo, pues el número de factores que influyen en dicha cuestión son demasiado variados. Sería como intentar establecer el bien y el mal, términos tan ambiguos y relativos que incluso duele cuando algo dice, únicamente porque su sociedad lo ha criado así o él cree que es lo verdadero, que algo es bueno o malo.