domingo, 11 de junio de 2017

Kahlil Gibran



Nuestro amigo Kahlil, según lo veo yo, bueno no es verdad, según parece que lo vemos todos, quiere decir en este poema que nadie pertenece a otro, como en el caso de los niños; por el hecho de ser menores, por el hecho de ser hijos, pertenecen a sus padres. Esta afirmación, creo yo, también podría darse para edades más avanzadas. Los hijos no deben depender de sus padres, tampoco pensar como ellos, sino que deben ser entidades individuales (tal y como dice mi amigo Pentón en su Blog). Los padres deben aceptar como son sus hijos, dejarles tener alas, por así decirlo, y apoyar sus decisiones sin intentar imponer sus ideas en todo momento.

Bueno, eso esto. No es muy largo, pero es algo. Ahora os dejo el poema, para que saquéis vuestras propias conclusiones.


Tus hijos no son tus hijos 
son hijos e hijas de la vida 
deseosa de si misma. 
No vienen de ti, sino a través de ti 
y aunque estén contigo 
no te pertenecen. 

Puedes darles tu amor, 
pero no tus pensamientos, pues, 
ellos tienen sus propios pensamientos. 
Puedes abrigar sus cuerpos, 
pero no sus almas, porque ellas, 
viven en la casa del mañana, 
que no puedes visitar 
ni siquiera en sueños. 

Puedes esforzarte en ser como ellos, 
pero no procures hacerlos semejantes a ti 
porque la vida no retrocede, 
ni se detiene en el ayer. 

Tú eres el arco del cual, tus hijos 
como flechas vivas son lanzados. 
Deja que la inclinación 
en tu mano de arquero 
sea para la felicidad.

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