domingo, 4 de diciembre de 2016

El cantar de los cantares

Según he podido ver, más bien escuchar en clase mientras corregíamos, el recurso estilístico más usado es la metáfora, aunque en verdad no aparece hasta el verso número siete. El tema del texto, para variar, es el amor, pero este no tiene una carga erótica, al menos no tan marcada, simplemente se basa en el amor que una mujer le procesa a su amante y la manera que tiene del ver al seguramente apuesto galán.


Por otro lado, entrando en terrenos peligroso, quiero decir técnicos, la modalidad dialógica se aprecia en el principio del texto cuando los tiernos enamorados conversan, pues uno le pide al otro que le deje pasar para, bueno, ya podéis haceros una idea; una sucia y acertada idea. Y la modalidad de narración se ve cuando esta termina y el amado desaparece, allá por el antes mencionado verso número 7

Séneca: filósofo, político, orador y escritor romano

Filósofo latino, dramaturgo, político y eminente escritor de la edad de plata de la literatura latina.


Lucio Anneo Séneca nació en Córdoba, hijo del retórico romano Marco (Lucio) Anneo, más conocido como Séneca el Viejo. Por cierto, no voy a mentir, antes creía que este tipo era de la época de la antigua Grecia. Tras estudiar retórica y filosofía en Roma, Séneca el Joven, como hoy se le conoce, quedó profundamente influido por las enseñanzas de los estoicos, cuya doctrina desarrollaría en lo sucesivo. En el año 49 d.C. Séneca se convirtió en pretor y fue nombrado tutor de Nerón, hijo adoptivo del emperador Claudio. A la muerte de Claudio, en el 54, Nerón se convirtió en emperador. La honestidad y la moderación que caracterizaron los cinco primeros años de su mandato fueron en gran medida resultado de la sana influencia de Séneca y Sexto Afranio Burro (muerto en el año 62), jefe de la guardia pretoriana. Hacia el año 62, Séneca perdió todo control sobre el emperador. 

La gran fortuna que Séneca había logrado acumular para entonces despertó los celos de Nerón, que intentó infructuosamente envenenarlo. Retirado de la vida pública, Séneca se dedicó plenamente a escribir y a estudiar filosofía. En el año 65 se vio involucrado en una conspiración para asesinar a Nerón, liderada por el plebeyo Cayo Calpurnio Pisón, que se suicidó por orden del emperador.

 El estilo artificial y epigramático de Séneca representa espléndidamente la edad de plata. Sus discursos, así como diversas obras científicas, se han perdido, pero entre los numerosos escritos que se conservan destacan las Cuestiones Naturales (54 d.C.), siete libros en los que se analizan los fenómenos de la naturaleza desde un punto de vista estoico, y que hacen referencia a alguno de los cuatro elementos; la Epístola a Lucilio (63-64), 124 cartas dirigidas a un amigo; y varios tratados estoicos sobre temas como la ira (41-44), la serenidad mental y el retiro filosófico (55-56). Sus diálogos y tratados morales son más humanos y persuasivos que dogmáticos, y hacen gala de una gran humildad. 

Maquiavelo y el príncipe

Maquiavelo, un nombre que siempre me hizo bastante gracia, habla sobre el interesante y poco comprendido, al menos en la sociedad actual, tema de los diferentes puntos de vista. La idea que presenta en relativamente fácil de comprender, un príncipe perteneciente a la nobleza no podría gobernar entre los propios nobles, pues estos lo considerarían su igual y no alguien superior. Pero todo cambia con el pueblo, ya que este posee autoridad entre estos y podrían verlo con alguien mayor, pues fue establecido por la propia necesidad del populacho, que no ha sido puesto en el poder por la nobleza sino por voluntad general.


Maquiavelo, según veo yo, presenta el tema de los daños colaterales, que no se puede favorecer al grande sin dañar al pequeño y viceversa. Pero que lo más sensato, aquello que nos dicta el sentido común, sería favorecer a los que menos tienen, porque después de todo no se llegaría a perjudicar a nadie. Es bien sabido que la nobleza a oprimido a los pobres desde tiempos antiguos, pero esto nunca ha ocurrido a la inversa, ya que el pueblo, con su escaso poder, poco podrían hacer.

La visión de este atractivo señor es muy acertada, pero la historia a demostrado que en ningún  momento se hizo caso de su obra, tan siquiera a día de hoy.